El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró este 15 de mayo el estado de emergencia en el territorio francés de Nueva Caledonia, un archipiélago ubicado en el Pacífico, después de una serie de disturbios que han dejado, hasta ahora, cuatro muertos, entre ellos un gendarme, y cientos de heridos.
Los disturbios estallaron la noche del pasado 13 de mayo, luego de que la Asamblea Nacional avalara de forma preliminar una reforma constitucional para ampliar los derechos de voto a las personas con más de 10 años de residencia en el archipiélago, lo que, según representantes de la población indígena, diluirá el voto de los nativos.
De acuerdo con el diario francés Le Monde, las calles de Numea, la capital del territorio, estaban llenas de coches y edificios quemados, entre ellos una tienda de deportes y un gran estadio de hormigón. El principal aeropuerto internacional del territorio permaneció cerrado a los vuelos comerciales
La Presidencia francesa informó que cuatro personas fallecieron durante la violencia nocturna, entre ellas un gendarme que resultó gravemente herido y murió posteriormente en un hospital, según la Gendarmería nacional.
Además, se saquearon tiendas y se incendiaron edificios públicos. Cientos de personas, entre ellas un centenar de policías y gendarmes, han resultado heridas en los disturbios, de acuerdo con el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
En Nouméa y la comuna de Paita se produjeron también tiroteos.
Los partidarios de la reforma argumentan que las listas de votantes no se han actualizado desde 1998, lo que priva a los residentes en la isla llegados desde entonces de voto en los comicios provinciales.
Macron ha dicho que los legisladores franceses votarán para aprobar definitivamente el cambio constitucional a finales de junio, a menos que los bandos enfrentados de Nueva Caledonia acuerden un nuevo texto que “tenga en cuenta los progresos realizados y las aspiraciones de todos.”
Los partidos a favor y en contra de la independencia emitieron una declaración conjunta en la que pedían que “la calma y la razón” volvieran al archipiélago y añadían que “estamos destinados a seguir viviendo juntos”.
( SPUTNIK MUNDO)