El Gobierno venezolano rechazó la decisión de EEUU de imponer nuevas medidas unilaterales contra Nicaragua, y consideró la acción como una nueva arremetida que busca influir en forma desfavorable en la capacidad de ese Estado para garantizar la seguridad interna.
La Administración Joe Biden anunció el 14 de marzo un nuevo paquete de sanciones contra el Gobierno del presidente, Daniel Ortega, que implican restricciones en el equipamiento armamentístico de la nación.
El Departamento de Estado modificó el reglamento sobre el tráfico internacional de armas (ITAR), que controla los artículos relacionados con la defensa, para incluir a Nicaragua como destino proscrito.
Washington también dijo que continuará utilizando “todas las herramientas diplomáticas y económicas disponibles para promover la rendición de cuentas del régimen Ortega-Murillo [vicepresidenta Rosario Murillo] y para apoyar los derechos humanos y las libertades fundamentales de los nicaragüenses en su búsqueda de un futuro más justo y próspero”.
Por su parte, Caracas consideró que esta “nueva expresión de soberbia imperial manifiesta de manera clara y contundente el continuo desprecio del Gobierno de EEUU frente al derecho internacional y demás principios fundamentales de convivencia pacífica entre los Estados contenidos en la Carta de Naciones Unidas”.
En el documento, Venezuela ratificó su “irrestricto apoyo solidario al pueblo y Gobierno de Nicaragua”, así como “su profunda admiración por el comandante presidente Daniel Ortega, y la vicepresidenta, Compañera Rosario Murillo y su amoroso compromiso de lealtad, resistencia y defensa cotidiana de la soberanía, la paz, la estabilidad y el sagrado derecho del pueblo nicaragüense a continuar labrando su bienestar”.
A mediados de febrero, EEUU impuso restricciones de visa a más de un centenar de funcionarios municipales de Nicaragua por su participación en una supuesta “campaña de represión” del Gobierno.
Managua denuncia que la coerción financiera y diplomática de EEUU contra el país es abusiva, autoritaria y no cumple con la Carta de la Organización de las Naciones Unidas.
(Sputnik)